Observo mi cuerpo y reparo en mis manos, los dedos. Mientras los
muevo sin sentido me invade una extraña incertidumbre. No es la primera vez que
me ocurre. Hay otras ocasiones donde ha surgido, si bien, con otras partes del
cuerpo, como los pies, lo muslos o incluso mi torso. Pero hoy son mis dedos. Tan
llenos de vida, ligeros y delgados. Y tras la expectación al mirarlos me posee
una cuestión.
Cuando dejen de ser.
¿Qué quedará de su movimiento?
(23/07/2016)
diez, deu, ten, dix, zehn, dieci, δέκα, 十, tíu, tien.......
ResponderEliminar