Mis pasos son lentos. Lo sé. Pero me acompañan los sueños, los creados con cimientos de intenciones. Si bien, el desaliento (la mueca) apareciera con el propósito de frenar mi ritmo, lo ignoraré y continuaré. Así pues, pese a no saber donde está la meta, miraré hacia el horizonte para proseguir mi rumbo: la vida.

domingo, 17 de julio de 2016


--Los hijos que se buscan, son más queridos.

Así de rotunda fueron sus palabras, aunque hace más de treinta años aun resuenan, porque algo así no se olvida, sobre todo cuando eres una joven principiante en todo, o casi todo como lo era yo. Fue en aquel entonces cuando consiguió que la duda se hiciera presente y mis ojos mirasen triste a mi morenita. En efecto, la inexperiencia de la vida, el carácter tímido y mi juventud arroparon la idea que la otra, ella, era mejor madre que yo. Sin embargo, no duró mucho ese pensamiento, pues el paso del tiempo te enseña que es amor el amor y no palabrerías; que es cariño con cariño y no las apariencias. Creí olvidada, pero brotó fresca y firme en esta fecha pasada, el diez de marzo, si bien, me reafirmé más aun en la grandeza de ser madre y quererla por encima de todo, y en efecto, no la llamé, aunque SÍ decidí que viniera.
Jamás te lleves por palabras ajenas, tu corazón es el mejor consejero.
(11/03/2016)

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