Pregúntame que día del
año es mi favorito. No, no creas que es el día de mi cumpleaños, no es ese. ¿Te
rindes? ¡los Reyes! ¿sorprendido? Pues yo sí me quedé así cuando hoy en el
trabajo, mientras atendía a una mamá, su hija de unos diez años, apoyada en la
mesa me miraba seria. Yo, para romper el incómodo momento le comenté a la niña.
- -- Pronto los reyes-- con una media sonrisa.
Pero continuo impávida mirándome
fijamente. Otra oportunidad me dije al mismo tiempo que tecleaba afanada en el
ordenador. Paré, respiré suavemente y con mi mejor sonrisa le dije.
- --¿Estás ilusionada?
- -- No.
No pude reprimir la
pregunta y me lancé.
- -- ¿Por qué?
Y ella sin pestañear
dijo.
- -- Porque son aburridos.
No, no puede ser pensé,
un niño que se aburre en reyes, eso es imposible. Rememoré mis reyes y me di
cuenta que al día de hoy sigue siendo la fecha más bonita del calendario, el
mío, claro.