Pon en tu vida un amuleto.
Toda persona que se aprecie debería tener
uno. Seguramente debo decirlo porque soy un poco supersticiosa, pero poquito. Nada
del otro mundo: los gatos negros, pasar por debajo de una escalera, brindar con
agua, y alguno más nada relevante. Y aunque al decir esto parezca que debo
tener cachivaches de la buena suerte rondando mi rincón de pensar y crear. Nada.
Sin embargo, ahora tengo uno. Lo descubrí no hace mucho, fue por casualidad,
buscaba afanosa como de costumbre que necesito inspiración, cuando me agobia la
falta de concentración, o simplemente aparece el blanco e inmaculado vacío de
ideas. Lo cogí como siempre hacía y me abaniqué, con meneo ligero, como si
desprendiera no solo aire. Que cosa, es entonces cuando me doy cuenta, es mi amuleto,
siempre lo había sido.
¿Tú no tienes uno?
No hay comentarios:
Publicar un comentario