Miro de reojo el paso del tiempo, ahora que se acerca la fecha, la que marca mi existencia; tremendas imágenes que se pasean ante mis ojos, cada una de ellas pesan toneladas de cambios y de diferencias. Las miro despacio pues la prisa no me gusta, tal vez, porque correr me impide observar, y eso sí me agrada.
Mientras las contemplo, ahora de frente, aparece un miedo, una sensación extraña que me inmoviliza para sumarse la duda y el aplastante recelo; El paso del tiempo.
Y digo.
Es de humanos.
Y me pregunto.
¿Y ahora?
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