Mis pasos son lentos. Lo sé. Pero me acompañan los sueños, los creados con cimientos de intenciones. Si bien, el desaliento (la mueca) apareciera con el propósito de frenar mi ritmo, lo ignoraré y continuaré. Así pues, pese a no saber donde está la meta, miraré hacia el horizonte para proseguir mi rumbo: la vida.

domingo, 17 de julio de 2016

Deja pasar la nada y el miedo,
porque quiero la sonrisa blanca,
y una brisa verde.
No quiero más minutos, salvo el pino en movimiento entre el azul y el ocre.
Pero mientras, espero en la hora
ese cuadro de palabras que está por llegar
para que lo veas;
siempre que el tiempo nos deje.

(31/01/2016)

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