Día 32.
14/04/2020
Nunca pensé que volviera a jugar con el dado y las fichas de colores: rojo, azul, verde y amarillo. Todo fue después de que mi hermano, cuando éramos aún pequeños, me enseñara los diferentes movimientos del ajedrez y comenzara a disfrutarlo con él. Desde ese entonces, las damas y el parchís dejaron de interesarme, pasando a ser un juego simple sin ningún interés y emoción. Pero nunca se debe decir:
De esta agua no beberé.
El coronavirus no hace sino removernos por dentro, no sólo con sus devastadoras cifras y gráficas diarias, sino también, nuestras costumbres, incluso sacar de nosotros mismo, maneras olvidadas, como recuperar un juego que quién sabe por qué razón, de cría quise verlo falto de distracción.
Seguimos y mucho ánimo amigos.
Me quedo en casa.
Nunca pensé que volviera a jugar con el dado y las fichas de colores: rojo, azul, verde y amarillo. Todo fue después de que mi hermano, cuando éramos aún pequeños, me enseñara los diferentes movimientos del ajedrez y comenzara a disfrutarlo con él. Desde ese entonces, las damas y el parchís dejaron de interesarme, pasando a ser un juego simple sin ningún interés y emoción. Pero nunca se debe decir:
De esta agua no beberé.
El coronavirus no hace sino removernos por dentro, no sólo con sus devastadoras cifras y gráficas diarias, sino también, nuestras costumbres, incluso sacar de nosotros mismo, maneras olvidadas, como recuperar un juego que quién sabe por qué razón, de cría quise verlo falto de distracción.
Seguimos y mucho ánimo amigos.
Me quedo en casa.
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