Mis pasos son lentos. Lo sé. Pero me acompañan los sueños, los creados con cimientos de intenciones. Si bien, el desaliento (la mueca) apareciera con el propósito de frenar mi ritmo, lo ignoraré y continuaré. Así pues, pese a no saber donde está la meta, miraré hacia el horizonte para proseguir mi rumbo: la vida.

viernes, 26 de abril de 2024

Foto: Miriam Hernández Pérez             
Cuando pequeña, en casa no teníamos animales de compañía como podría ser un gato o un perro. Eso no suponía ninguna frustración, puesto que mis padres nos ofrecieron otra fauna bien variadita y enriquecedora. Como por ejemplo gorriones, mirlos, canarios, conejos, tortugas, pollitos, fuleles y hasta un escorpión. Recuerdo con cariño, esa vez que uno de los pollitos sobrevivió y creció y se convirtió en un adolescente pollo. Fue mimado hasta el punto que cuando yo regresaba del colegio, mi madre me lo preparaba envuelto en trapos viejos pero limpios para que lo acunara en mis brazos, mi juguete de aquel entonces. Después, unos años más tarde me enteré que se convirtió en una sopa rica y no como me lo había contado mí madre; libre en el campo.

La inocente vida.

Todo esto me lleva hablando de seres vivos.

      -- ¿Qué animal te gustaría ser? – le pregunta un amigo curioso.

     -- ¿Yo? – Respondo, con sorpresa.

     --  Sí, tú.

     --  Pues deja que piense hay una pausa y digo un mirlo.

    -- ¿Y eso? preguntó extrañado un mirlo no tiene nada interesante. Parecen ratas sentenció con gesto de desagrado.

   -- No estoy de acuerdo. Son dinámicos. Vuelan y también corren. Parecen que están siempre alegres. Tienen un triar gracioso. Además, son negros y eso me gusta aún más.

     -- Bueno, si lo miras así, casi me convences. Pero respetaré tus gustos.

      -- Gracias. 

       

       

  

 

domingo, 19 de abril de 2020

Día 37.
19/04/2020
Nada mejor para despejar los pensamientos que dejarse llevar por la poesía.
Tenía dos obras pendientes y hoy ha sido el día, porque necesitaba evadirme por completo del mundo y sus poemas lo han conseguido.
Son completamente diferentes, pero ahí está la grandeza de ellos.
Por un lado: los desgarradores poemas de Elena Villamandos González, que invitan a proseguir y querer más y por otro, los de Manuel Pérez Cedrés, enteramente piel, que endulza y envuelven como caricias.
Seguimos y ánimo amigos.
Me quedo en casa.
Día 36.
18/04/2020
Echo de menos las miradas.
Las palabras las conservo; están más que nunca en los libros, los que leo o leen los escritores en las redes sociales. También las que se hallan en las charlas de las videollamadas que nos salvan de las distancias, y las conversaciones de los variados grupos de wasap, que me acompaña a ratos. Incluso, tengo en el trabajo, desde casa, palabras, pero sin miradas. Y aunque en ocasiones soy habladora, en otras me gusta el paseo silencioso, pero hoy me di cuenta que no están los ojos como antes y se habla sin ellos.
Y echo de menos las miradas: tiernas, despistadas, cansadas, atentas, las dormidas y ojerosas o las coquetas de pestañas pintadas. Además, las arrugadas por los años, o la pequeña y morena del niño bonito, más aún.
Hoy, echo de menos las miradas: hablar con la palabra y no ver.
Seguimos y mucho ánimo amigos.
Me quedo en casa.

Día 35.
17/04/2020
La idea de la foto era animar a los compañeros, pero uno de ellos la tuneo con cierta gracia.
A veces, en momentos difíciles un poco de humor se hace necesario y nos da energía para continuar.
Seguimos y mucho ánimo amigos.
Me quedo en casa.
Día 34.
16/04/2020
Observando por la ventana, esos paseos que los perros ofrecen a los vecinos. Con la parsimonia exagerada; El confinamiento tiene sus ventajas y ésta es una de ellas. El tiempo nos ha cambiado y todo parece que se ralentiza.
Yo he tenido dos maravillosos perros, un afgano llamado Turco y una foxterrier llamada Luna. Los he recordado ahora con cariño, cuando miro tras el cristal las personas pasear con sus canes, qué, si soy sincera, algunos no los había visto antes.
Todo ello me traslada a la casa de mis padres y yo pequeña. Nunca hemos tenido ni perro, ni gato, pero otros animales sí como: canarios, gorriones, mirlos, ranas, tortugas, un alacrán, pollito convertido en gallo y hasta un conejo, y tengo que decirlo, aunque no guste, no pasó de navidad.
Seguimos y mucho ánimo amigos.
Me quedo en casa
Día 33.
15/04/2020
Hoy, nada especial que contar. No siempre aparece la chispa.
Seguimos y mucho ánimo amigos.
Me quedo en casa.
Día 32.
14/04/2020
Nunca pensé que volviera a jugar con el dado y las fichas de colores: rojo, azul, verde y amarillo. Todo fue después de que mi hermano, cuando éramos aún pequeños, me enseñara los diferentes movimientos del ajedrez y comenzara a disfrutarlo con él. Desde ese entonces, las damas y el parchís dejaron de interesarme, pasando a ser un juego simple sin ningún interés y emoción. Pero nunca se debe decir:
De esta agua no beberé.
El coronavirus no hace sino removernos por dentro, no sólo con sus devastadoras cifras y gráficas diarias, sino también, nuestras costumbres, incluso sacar de nosotros mismo, maneras olvidadas, como recuperar un juego que quién sabe por qué razón, de cría quise verlo falto de distracción.
Seguimos y mucho ánimo amigos.
Me quedo en casa.