Mis pasos son lentos. Lo sé. Pero me acompañan los sueños, los creados con cimientos de intenciones. Si bien, el desaliento (la mueca) apareciera con el propósito de frenar mi ritmo, lo ignoraré y continuaré. Así pues, pese a no saber donde está la meta, miraré hacia el horizonte para proseguir mi rumbo: la vida.

domingo, 19 de abril de 2020

Día 2.
15/03/2020
No poder abrazar a mi nieto Samuel, quizás sea el mayor sacrificio que debo pagar, y no veas qué desazón es, pero hay que quedarse en casa.
No niego que me enerva por dentro y también por fuera, ver a esos egoístas andar por ahí, pero espero que pronto entiendan que es un ejercicio de generosidad para el bien común: para todos.
QUÉDATE EN CASA.

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