Mis pasos son lentos. Lo sé. Pero me acompañan los sueños, los creados con cimientos de intenciones. Si bien, el desaliento (la mueca) apareciera con el propósito de frenar mi ritmo, lo ignoraré y continuaré. Así pues, pese a no saber donde está la meta, miraré hacia el horizonte para proseguir mi rumbo: la vida.

miércoles, 17 de agosto de 2016

Aunque me apee al borde del camino solo es para ver el paisaje, no creas amigo que me he rendido; Cuando veas que mis pasos van lentos, es porque quiero escuchar los tuyos, tu ritmo me invita a proseguir; Si ves que me retraso, no creas que me he perdido, solo quiero saber si estás atento, por mimos, ya sabes; Si alguna vez flaqueo en conseguir la cima, no te preocupes por ello, ya sé como recuperarme y, sobre todo, la cumbre no es la meta.

El tiempo me respalda, la experiencia me protege y tu compañía me refuerza. Pues lo andado queda atrás, ya no recuerdo aquellas huellas. Las únicas, las vigorosas.

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