Mis pasos son lentos. Lo sé. Pero me acompañan los sueños, los creados con cimientos de intenciones. Si bien, el desaliento (la mueca) apareciera con el propósito de frenar mi ritmo, lo ignoraré y continuaré. Así pues, pese a no saber donde está la meta, miraré hacia el horizonte para proseguir mi rumbo: la vida.

domingo, 17 de julio de 2016

Una tarde de invierno.

Lluvia y frío.
Manta y sofá.
Lámpara y libro.
(18/02/2016)

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