Mis pasos son lentos. Lo sé. Pero me acompañan los sueños, los creados con cimientos de intenciones. Si bien, el desaliento (la mueca) apareciera con el propósito de frenar mi ritmo, lo ignoraré y continuaré. Así pues, pese a no saber donde está la meta, miraré hacia el horizonte para proseguir mi rumbo: la vida.

sábado, 4 de marzo de 2017


Me he bloqueado como los ordenadores. He dado muchas veces intro sin resultado. Entonces he tenido que resetear y ahora estoy vacía de contenido y continente.  Limpita diría alguien, con espacio diría yo. Mientras me observo el hueco de mi yo misma, me voy dando cuenta que resulta agradable eso de estar sin el ruido metálico de los ficheros, unos arcaicos, muchos en desusos y otros tantos sin actualizar.
 - Fuerte porquería tenía yo aquí-- me dije una vez consciente --Seguro que ha tenido que ver ese cursito de mindfulness. Tomar conciencia y ya ves, a quitar lo que no vale.
 Lo que ocurre ahora, es que, aunque hay ficheros que por defecto siguen ahí, como los de la infancia, que están muy arraigados y son difíciles de deshacerse de ellos, lo demás ahora me dan pereza instalarlos. Porque entre otras cosas, me gusta un poco ser kafkiana, todo hay que decirlo.
Solución: dejar que poco a poco se recuperar lo que vale realmente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario