Cuando más aprendo más es mi ignorancia.
Qué bueno es aprender día a día
algo nuevo ¿A qué sí? A mí me gusta, aunque después me olvide de la mitad. Y ¡cuando
aprendes de los demás! Claro que ellos no lo saben. Observas. Comienzas con las
dudas, pero pronto se aclaran y ves los colores de cada uno; azules, grises o
el que ofrece multicolores. Éstos últimos son los que más me divierten y más me
ofrecen, por supuesto. En cambio, los grises son turbios y apenas veo claro qué
quiere darme, si bueno o malo. Es complicado eso porque puedes meter la pata y
llevarte verdaderos sustos con ellos. ¡Sorpresa, no soy lo que creías! Y quieres
salir corriendo. Pero yo no, me quedo y sigo andando, a mi paso, como si no
pasara nada. Es lo mejor, así no sudas.
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