Mis pasos son lentos. Lo sé. Pero me acompañan los sueños, los creados con cimientos de intenciones. Si bien, el desaliento (la mueca) apareciera con el propósito de frenar mi ritmo, lo ignoraré y continuaré. Así pues, pese a no saber donde está la meta, miraré hacia el horizonte para proseguir mi rumbo: la vida.

sábado, 4 de febrero de 2017

Mi madre ya tiene 87 años, son años. El caso que siempre que hablo con ella busco temas nuevos para poder charlar y entretenerla, no es fácil a veces encontrar para agradarla; me esfuerzo. Hoy en la ruta por caminos de Anaga entre amigos y berodes, subidas y bajadas terminamos en el inicio, Cruz del Carmen. Así que, mientras nos dirigíamos al coche me veo éste monumento en un lado de la Ermita y bien visible. No lo había visto antes, debe ser reciente, me dije y me acerqué para leer
-- ¿Homenaje a los antiguos carteros de Anaga? comento mientras le hice la foto.

Era el motivo perfecto para la nueva charla con Magdalena, mi madre. Su abuelo y su padre, es decir, mi bisabuelo y mi abuelo fueron carteros de Anaga. Qué contenta se va a poner cuando vea esa consideración al trabajo de aquellos hombres que ella tan orgullosa siempre recuerda y yo enseñarle la fotografía, también contenta.

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