Se me ocurrió, como me pasa desde hace un tiempo para acá,
observar palabras que me resultan, vamos a decir interesantes. Y tropiezo con: amistad. Tremenda ¿verdad? Tengo que
decirlo, la he tenido como estandarte invisible, claro, pero primordial durante
mucho tiempo por no decir siempre.
AMISTAD: Afecto personal, puro y desinteresado, compartido
con otra persona, que nace y se fortalece con el trato. Dice RAE.
Mientras investigo su verdadero significado me viene a la memoria
(de vez en cuando funciona) aquél medio amigo medio novio que me decía con la
boca llena que no tenía amigos. Yo me eché las manos a la cabeza cuando le
escuché. ¿Cómo puede estar sin amigos? Por aquél entonces yo tenía tropecientos
amigos, recibía tropecientas llamadas, me daban tropecientos saludos y que
decir de las visitas…
Pero como el otoño, ocurrió que fueron cayendo como hojas del
árbol. Quizás fue el viento o ya marchitas. Yo qué sé, pero los tropecientos
fueron menguando. Supongo que el cambio climático tendrá algo que ver también,
ya sabes, los cambios.
El caso es que ahora sentada, mirando las letras, las
palabras, las frases continúo mi camino, como siempre. Pero lo peor de todo es
darle la razón a mi apreciado medio amigo medio novio de hace tropecientos años
cuando me dijo:
-
Son
conocidos que van y vienen Señora Cande.
Y yo, evidentemente también soy hoja marchita de otros árboles.
lo bueno no es la cantidad si no la cualidad!!!
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