Mis pasos son lentos. Lo sé. Pero me acompañan los sueños, los creados con cimientos de intenciones. Si bien, el desaliento (la mueca) apareciera con el propósito de frenar mi ritmo, lo ignoraré y continuaré. Así pues, pese a no saber donde está la meta, miraré hacia el horizonte para proseguir mi rumbo: la vida.

miércoles, 22 de agosto de 2018


Yo creía que con el tiempo y lo aprendido…las canas, la edad, me darían sabiduría. Sobre todo, que tendría muchos amigos entre otras muchas cosas. La amistad, que tesoro.  Sin embargo, estaba equivocada. Triste conclusión querido mundo. Pero en realidad no le echo la culpa a nadie, sino a mí, a mí sola, porque también, como unos cuantos, estoy tremendamente intoxicada.

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