Mis pasos son lentos. Lo sé. Pero me acompañan los sueños, los creados con cimientos de intenciones. Si bien, el desaliento (la mueca) apareciera con el propósito de frenar mi ritmo, lo ignoraré y continuaré. Así pues, pese a no saber donde está la meta, miraré hacia el horizonte para proseguir mi rumbo: la vida.

sábado, 13 de enero de 2018

Hoy, en medio de la callada tarde, desparramada en el sofá para leer o soñar, según se tercie, me susurraron al oído, bajito.
“Las palabras para los libros niña, las acciones para el corazón”
Después, sin saber por qué, me dirigí a buscar las emociones para tocarlas.

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