Mis pasos son lentos. Lo sé. Pero me acompañan los sueños, los creados con cimientos de intenciones. Si bien, el desaliento (la mueca) apareciera con el propósito de frenar mi ritmo, lo ignoraré y continuaré. Así pues, pese a no saber donde está la meta, miraré hacia el horizonte para proseguir mi rumbo: la vida.

lunes, 8 de enero de 2018

Aunque siempre se asomen los miedos, incluso esas tormentas frías que mojan mis sueños, y pese a que la fe en mí solo es mía, la alimento con acaramelados dulces de colores. Deja que te diga que jamás me rindo, aunque mis ojos se llenen de lágrimas. Por muy oscuro que mi camino aparezca, mis pasos me llevaran a parajes luminosos. No me preguntes en donde se encuentra la magia que me eleva, la que me recupera con la cara limpia y las manos extendidas para coger todo lo bueno que me llegue. No hay truco, es no querer doblegarse ante las dificultades.

Me gusta el 2018, seguramente porque mi número es el ocho.

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