Descanso en una nota musical o el revoloteo de una hoja seca que el
viento a su capricho menea. Hay veces que me paro ante la simple gota de agua
que resbala tras el cristal, después un día frío y lluvioso. Me alojo en el silencio de un segundo de bienestar. Son esos pequeños
instantes de reposo donde me pierdo en un ensueño. Entonces, recupero el presente y me doy cuenta que no soy perfecta y sonrío aliviada.
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