Mis pasos son lentos. Lo sé. Pero me acompañan los sueños, los creados con cimientos de intenciones. Si bien, el desaliento (la mueca) apareciera con el propósito de frenar mi ritmo, lo ignoraré y continuaré. Así pues, pese a no saber donde está la meta, miraré hacia el horizonte para proseguir mi rumbo: la vida.

lunes, 5 de diciembre de 2016

Cuando me detengo, respiro y miro.
Descanso en una nota musical o el revoloteo de una hoja seca que el viento a su capricho menea. Hay veces que me paro ante la simple gota de agua que resbala tras el cristal, después un día frío y lluvioso. Me alojo en el silencio de un segundo de bienestar. Son esos pequeños instantes de reposo donde me pierdo en un ensueño. Entonces, recupero el presente y me doy cuenta que no soy perfecta y sonrío aliviada.

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