Ya es mayor y llena de “abueladas”.
Mi madre.
Pelo blanco y marcada cara y esa mirada chica.
Dónde quedó aquellos ojos azulinos, que ni azul ni lino. Gris
violáceo eran, recuerdo.
Con sus defectos la quiero, y quién no tiene de eso. Yo, por
ejemplo, un ramillete llevo.
El tiempo escrito en la cara; montones de años.
Está tan viejita la que me parió
Que mayor; madre.
Cande Rguez 2016
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