
Cosas que
descubro y me transmite ternura.
Vi con que naturalidad los cogía y más con que
gusto se lo comía. Le pregunté si los picos no le hacían daño y se echó a
reír.
-- No, aquí hay callos y no se atreven. – Me
contestó.
Después le
dije si podía sacarle una foto y con un gesto sencillo me dijo que sí. Mientras
su cara se llenó de orgullo enseñando la habilidad de sus manos.
Qué momento
tan pequeño y tan grande a la vez.
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