¿A quién no le ha pasado alguna
vez, que una frase le traslada a un lugar o le recuerda a una persona? Lo sé, a
ti muchas veces. Ayer me ocurrió a mí también. Fue en la página 135 de un librito
de cuentos. Mientras me encontraba sumida en un relato mágico, porque Hermann
Hesse tiene ese poder, lo puede experimentar. Me paré y la leí varias veces,
como tengo costumbre cuando algo me impresiona y dice: “porque los árboles le
parecían la encarnación de la placidez, de la fuerza y de la dignidad” Así que
me recreé en tan bella observación que recordé inmediatamente a mi padre en
ella.
Fuerte momento más
agradable.
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